Este gato es el preferido de los ingleses: su carita redonda y su apariencia de peluche hacen que cualquiera caiga rendido ante sus encantos. Cuando llegó a tierras inglesas, su misión principal fue acabar con la plaga de ratas del territorio. Su magnífico porte y el color azul de su pelaje hacen que se le confunda con el Chartreux. El British Shorthair es muy popular, de hecho se también se le llama “gato común” británico. Existe una variedad de pelo largo denominada British Longhair.
Este magnífico felino de cuerpo robusto y majestuoso tiene un pelo espeso y suave, de una textura densa que le proporciona una buena protección contra el frío. Su apariencia de peluchito se debe sobre todo a su cabeza redonda, tan característica e inimitable. Sus grandes ojos bien separados son muy representativos de la raza, haciéndole fácilmente reconocible. A pesar de que hayan tenido lugar cruces con el Persa para perpetuar la raza, el British Shorthair no ha heredado el gen de la nariz achatada.
Su primera exposición data de 1871, donde fueron presentados en el Crystal Palace de Londres. Se les adjudicó el nombre de British Shorthair para diferenciarlos de algunas razas de pelo largo presentes en la exhibición.
Tras la Segunda Guerra Mundial, muchas razas felinas corrieron riesgo de extinción. Para devolver el vigor a la raza de British Shorthair, se llevaron a cabo cruces con Persas para que su pelaje se espesase y así diferenciarlo más fácilmente del Chartreux.
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