El Bulldog inglés es un perro fuera de lo común, tanto por su aspecto peculiar como por su carácter tranquilo, incluso perezoso. Poco sociable con los de su especie, prefiere pasar el tiempo con sus amigos humanos. Su carácter fiel, protector y valiente lo vuelven un excelente animal de compañía. No hay que dejarse engañar por su aspecto refunfuñón, ya que tras él está su alegría de vivir.
El Bulldog inglés es un perro muy peculiar, rechoncho, poderoso, de patas cortas, con una cabeza de grandes proporciones. Su cráneo presenta arrugas pronunciadas; su hocico es corto y aplastado. Los ojos son redondos, medianos y con una amplia separación entre ellos. Las orejas son pequeñas, en forma de rosa. La dentadura es fuerte, la mandíbula inferior sobresale ligeramente, con una inclinación moderada hacia arriba.
Esta raza proviene de los perros de pelea utilizados durante la Edad Media para el hostigamiento de toros, un espectáculo común en la época. De aquí que su nombre incluya la palabra “bull” (toro en inglés). Se trata del resultado de una selección canina para obtener un ejemplar de mordida potente, feroz, valiente e insensible al dolor. La crianza acentuando estos aspectos agresivos casi la lleva a su desaparición, hasta que un grupo de criadores comenzó a realizar cruces cada vez menos feroces. Hoy en día el Bulldog inglés es un perro de compañía sumamente agradable, cariñoso y equilibrado.
clinica.arcadejafet@gmail.com