Bulldog francés

El Bulldog francés es un molosoide de tamaño pequeño, valiente, leal y muy apegado a su grupo social. El amor que muestra hacia sus amos puede volverlo un tanto posesivo. Muy agradable como perro de compañía, le gusta jugar con chicos y grandes, aunque no es un gran deportista. Debido a su hocico aplanado, no tiene mucha resistencia para desempeñar actividades físicas. Lo ideal para él será estar constantemente en compañía de su amo, ya que tiene poca tolerancia a la soledad. Su carácter agradable lo vuelve una muy buena opción para diferentes tipos de personas.

Descripción

A pesar de su talla pequeña, el Bulldog francés es muy poderoso. Su estructura ósea  es sólida y su cuerpo musculoso. Todo en él es corto y compacto, dándole un aspecto achaparrado. Su cabeza cuadrada, sus orejas levantadas y su hocico chato pueden hacerlo parecer refunfuñón, sin embargo, su temperamento es muy tranquilo.

Origen e historia del Bulldog francés

La historia de esta raza es misteriosa. los franceses afirman que se trata un perro autóctono, pero los ingleses aseguran que desciende directamente del bulldog. Es muy probable que exista un lazo entre estas dos razas, sin embargo, no se puede negar que el desarrollo del Bulldog francés como lo conocemos ahora se dio en el país galo.
Al principio el frenchie tenía dos funciones, la de perro ratonero y guardián. Por esta razón no sorprende que fuera durante años el animal favorito de carniceros y vendedores de vino, ya que cuidaba sus bodegas y establos.
Con un carácter vivaz e inteligente, pronto se ganó un lugar privilegiado fuera de estos establecimientos. A principios del siglo XX comenzó a ser adquirido por la nobleza, los ricos e incluso la realeza. Otro de sus trabajos, tal vez menos glamoroso, fue el de guardián en burdeles y acompañante de ladrones en sus fechorías.
Actualmente se ha convertido en una de las razas preferidas por los franceses, y su popularidad internacional no ha hecho más que crecer.